Tecnología: el gran facilitador para el futuro

A poco más de un año desde que el mundo despertó a la «nueva normalidad», con muchos países con bloqueos sin precedentes, los programas de vacunación y la flexibilización de las restricciones locales se han convertido en una luz al final del túnel. Mirando hacia atrás a marzo del 2020, estaba claro qué para sobrevivir y florecer en medio de la incertidumbre resultante, la innovación sería clave para sostener algunos de nuestros sectores, cadenas de suministro y empleos más vitales. La tecnología tomó el centro de atención; manteniendo los negocios abiertos, los estudiantes en las aulas (en la mayoría de los casos virtuales), las vidas sociales conectadas y los servicios esenciales fluyendo.

El año pasado nos recordó los beneficios que puede tener la tecnología, proporcionando un panorama de lo que es posible ahora y, en el futuro, y hemos aprendido que el futuro digital será un pilar central dentro de nuestra evolución social.

La tecnología continuará liderando los esfuerzos globales para apoyar la recuperación, desempeñando un papel fundamental para permitir que los gobiernos «reconstruyan mejor» a largo plazo, es decir, asegurando que los sistemas que implementamos no sólo resuelvan los problemas de hoy, pero también asegurarnos de que estamos preparados para los desafíos del mañana.

A medida que los líderes mundiales diseñan e implementan estrategias de recuperación para reparar y reforzar la resiliencia, no es sorprendente que en todos los ámbitos estemos viendo un énfasis real en la tecnología, la conectividad y la superación de las brechas digitales. Vivimos en un mundo en el que podemos ver los frutos de la transformación digital: las citas médicas están en línea, el mundo acepta videollamadas para trabajar (y para compartir tiempo y celebraciones con la familia) y muchos servicios esenciales y cadenas de suministro se vuelven digitales. Ahora podemos atrevernos a soñar aún más grande.

La agilidad y la capacidad de recuperación de las empresas y el sector público se han puesto a prueba, y las organizaciones con un control sólido de las tecnologías digitales obtuvieron mejores resultados en la pandemia que las que no lo hicieron.

Esto proporciona un caso claro para la digitalización acelerada del gobierno. Al entrar en la siguiente fase de recuperación, el mundo híbrido está aquí para quedarse. La inversión digital representará una parte clave de los planes gubernamentales en todo el mundo y puede desempeñar un papel integral en el impulso de la competitividad, el crecimiento económico y la creación de empleo.

La CEPAL dio a conocer hace poco su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2020 y se muestra que América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo en desarrollo por la crisis del COVID-19. Sin embargo, para el año 2021, se espera una tasa de crecimiento del PIB positiva que refleja fundamentalmente un rebote estadístico. Dentro de las claves que presenta este Balance para la recuperación económica se encuentra la revolución digital para la sostenibilidad y la implementación de tecnologías limpias.

La tecnología impulsará la agenda de recuperación y permitirá propuestas y programas verdaderamente innovadores, centrados en los ciudadanos, centrados en reformas y que prometen tener un impacto significativo en los sectores de salud y educación, así como en el gobierno electrónico, con la sostenibilidad en el corazón.

Mediante la construcción de las infraestructuras críticas para respaldar el crecimiento digital, podemos diseñar servicios que adopten la sostenibilidad, que también es crucial para nuestro futuro colectivo. Todo esto requiere un pensamiento innovador, un uso excelente de las herramientas digitales y la valentía para poner nuestro mundo en un curso diferente y más armonioso. Ahora es el momento de ser audaces, soñar de manera diferente e impulsar la recuperación con una digitalización mejorada del gobierno y el lugar de trabajo.